martes, 21 de julio de 2009

PROYECTO DE UN LIBRO

Acudimos a vosotros para explicaros el proyecto hagamos editorial juntos. Una iniciativa que pretende unir a varios autores entremezclando diversos estilos bajo una misma obra “cuentos, relatos, poemas, prosa poética” con la finalidad de llegar a todos los públicos, desde el devorador de cuentos más pequeño de la casa

Como orquídeas para vuestra exquisita nuca, mujeres; como dignidad para vuestras vastas espaldas, hombres; como dulces para nuestra boca, autores. De imaginación adulzada envuelta en cometas con bordes recubiertos por duendes, hadas, princesas, héroes y hasta meigas con escobas también. Y se sueltan como estela de sueños de amianto que nos elevan un millón de millas náuticas hasta la última bocanada de pastel, restando castaños en territorios escarpados, magníficos, hasta con cascadas tobogán, empinados, profundos, conectados entre cavernas con grutas abruptas rodeadas por recovecos con mesas con meriendas de fruta confitada, espolvoreada en abrazos y carcajadas rellenas de estalactitas, rosas del desierto y trozos rojiblancos de cañón por dentro; fuera se regalan pirámides aztecas seguidas de chabolas con familias dormidas sobre tapices bordados de música y paisajes que se filtran en el alma y despiertan junto al rio que en redondo abarcaría nuestra amada casa.

Hasta el adulto más exigente en su necesidad de hallar diversidad bajo un mismo techo a donde acurrucarse sobre la noche en un poema y trenzar sus pesadillas tras el terciopelo de la ardiente y recia reflexión cabalgando a lomos del extenso lago que veinte líneas en prosa poética hace emerger en otra esfera tan inesperada y sugerente que nuestro temor será que desaparezca como llegó, en un instante tierno, como quieto en el tiempo besando tu silueta, o te asalte con un relato asimétrico en cada una de sus palabras a donde se confunden con las tuyas, y las tuyas y las de él confinen, moldeen anhelos en amarillos salvajes dispuestos a amordazar la miseria de penas pesadas de alabastro que han descansado gloriosas en el vientre como ángeles caídos entre las costillas aplastando un corazón pobre y triste; solo protegido por el único fragmento que fuiste capaz de arañar al pasado, tu infancia. Pero renuevas la vida para llegar a los años que te fueron negados, y nuevos les paseas en góndola sobre pagodas cuidadas por dragones en un mes que llega como de fiesta, huele a pólvora, a véngalas, a lagrimas encontradas a donde más humildes no las hay, tejidas en silencio, pacientes, rotas por la distancia, hoy celebradas junto a mejillas sonrosadas unidas en pasión y boca, poca pobre lengua y toca, abre otra vez la boca, sabe a coca, a beso que evoca recuerdos amasados en caricias con saque tumbados desnudos, mudos, en los arrozales, gestando momentos para llevarte con migo hasta la próxima velada. Aunque cada noche subiré a la luna para dejarme caer en suspiros hasta tu blanca góndola atracada en el tercer torreón de la gran muralla, al este, hacia la osa mayor.

Un relato que es tu relato y unos renglones escritos por dos, redención cautiva; clara sobre aquel glaciar grotesco manchando el ártico polar sobre los colores boreales en el día más caudaloso que Casiopea te ha otorgado orgullosa, la eternidad de las nécoras de mil primaveras cuando tomen la tierra e inunden intenciones vanidosas con sencillos sentimientos vestidos de blanco.



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