martes, 2 de febrero de 2010

Hoy Es Tiempo De Aventura

Por primera vez nos adentraremos en el laberinto de un concurso literario.
Hace unas semanas os informamos de la convocatoria del primer certamen de Diari de Terrassa. Para nosotros ha sido toda una sorpresa poder conocer a uno de los galardonados en una entrevista que ha concedido a esta humilde página.
Y aquí no hay trampa ni cartón, digamos que de formas distintas, como las dos caras opuestas de una moneda, ambos hemos seguido y mamado la convocatoria desde sus inicios; Raúl como concursante, y mi persona como espectador. Necesario de aclarar y de ello doy fe.
Raúl Baras es ingeniero informático de profesión y aficionado a la literatura por vocación con un hábil ingenio en provocar situaciones que sobresaltan; y te acechan agazapadas y se esperan, y te escalan desde su guarida como a un forastero que viaja como de paso por el cielo para hundirte y devolverte al inframundo.
Se convocan en sus relatos los demonios que juegan en Aquelarre a la Guija con tus huesos; y vasos y tablas te explotan en las emociones para sacudirte de espasmos en la carne que te queda libre sin miedo, y de nuevo a de volver a temblar tal cual hecatombes que urden y espantan los ángeles que te guardan.
Descifra, averigua de tu otro lado oculto en ti mismo el instinto más primitivo y profundo de reacciones contrariadas que han de darse y ofrecerse en nuestra naturaleza humana. Lee una Divagación incitada y me cuentas la adversidad de repulsa que contraria nos incita a la cobardía de lo que no nos gusta de nosotros mismos, un rincón apartado que a todos nos pertenece.

Adelante, pasen y acomódense.

ENTREVISTA.

¿Cómo y cuándo te llego la noticia de que eras uno de los afortunados del primer certamen literario Diari de Terrassa con tu relato Una Divagación Incitada?

Uno de los trabajadores del Diari de Terrassa me llamó al móvil para comunicarme que era uno de los premiados un par de días antes de la entrega de premios. No me dijo la posición exacta en la que había quedado, solamente que estaba entre los cuatro finalistas. Me invitó a la ceremonia de entrega y aprovechó para hacerme unas cuantas preguntas de cara a publicar un pequeño perfil.

¿Cómo acogiste la noticia, acto seguido a quien se la comunicaste?

Me alegré mucho. No me esperaba la noticia debido a que sabía que el número de participantes había sido muy elevado. Llamé a mis padres y a mi hermano para contárselo y luego mandé un mail a bastante gente, adjuntando el relato para que pudieran leerlo los que no lo habían hecho ya.

Cuando nos presentamos a un certamen literario tendemos a pensar “mi obra no tiene nivel suficiente comparada con otras, pero por intentarlo no pierdo nada “un tópico en el que nos solemos abandonar”. ¿Fue este tu caso o contrariamente apostaste por tu relato confiando que cabía albergar alguna posibilidad? Sea como fuera que te inspiro el antes y el después del certamen; como se confecciono “Una Divagación Incitada” que o quien te llevo hasta ella.
No hay que pensar de entrada que nuestro escrito no va a gustar o no va a dar la talla. Hasta las palabras más sencillas pueden servir para comunicar algo interesante, y una historia de lo más simple puede resultar cautivadora e intensa con un buen enfoque.En mi caso particular, sabía que mi escrito podía resultar algo perturbador y que su contenido violento podía provocar rechazo. Se trataba de una apuesta arriesgada, pero me salió bien.
Desde que me llamaron estuve un poco inquieto pensando en cuál sería el desenlace. Quedé muy contento con mi cuarto puesto, y me encantó leer mi relato a los asistentes de la ceremonia de entrega.
El relato lo escribí expresamente para el concurso, puesto que no tenía ninguno lo suficientemente breve como para que se ajustara a la extensión máxima requerida. Eso sí, desarrollé una idea que hacía mucho tiempo que me rondaba la cabeza y que pensé que podría captar rápidamente la atención del lector, algo vital en un relato corto.

¿Qué géneros literarios abarcas y a cuales les tienes más confianza, digamos, en cuales te hayas más cómodo expresándote?

Sólo escribo relatos breves, frecuentemente con algún elemento fantástico, y casi siempre con contenido violento y/o sexual.

¿Cuál es tu propósito, que intentas transmitir en tu obra?

Escribo por afición. Me gusta despertar sensaciones en la gente con mis relatos, y también invitar a la reflexión.

¿Sueles ir a buscar los momentos oportunos y a escoger los temas que te atraen o dejas que ellos nazcan en cualquier lugar cuando quieres expresar tus emociones?

Casi siempre las ideas nacen en el momento y el lugar menos pensado. Les puedo dar vueltas durante días o incluso años antes de que las plasme en papel.

¿En qué proyecto literario andas ahora mismo sumergido? Háblanos de él.

Puesto que en el concurso del Diari de Terrassa se podían enviar hasta tres obras por participante, esbocé un par de relatos más, pero no los acabé. Es probable que los termine un día u otro.

¿Hay alguna obra propia a la que le tengas un cariño especial y te gustaría compartir con nosotros? Explícanos sobre ella lo que a ti te apetezca.

Creo que "Una divagación incitada" es mi mejor escrito reciente. Muchas de las personas que lo han leído me han confesado que lo han encontrado particularmente impactante y desasosegador. Además, pienso que su ambigüedad da pie a muy diferentes lecturas.

Y como no queremos dejarte ir, nos gustaría que nos deleitaras con un trocito de ti, que se esconde detrás de Raúl Baras.

Honestamente, no tengo grandes cosas que contar sobre mí. Como curiosidad, puedo explicar que además de las escritura tengo otras inquietudes artísticas, como el dibujo, y que con esa faceta también he ganado algún que otro concurso. Recuerdo que de pequeño solía combinar dibujo y escritura en forma de cómics o cuentos ilustrados. Quizás tendría que volver a intentarlo...


Una divagación incitada.

Lo cierto es que su nuca lucía provocativamente con el cabello recién cortado. Desde mi posición privilegiada en el asiento de detrás, aprecie el perfecto afeitado de su cuello, que exponía su piel y su carne de un modo turbador. Para acabar de empeorar las cosas, su olgado jersey de lana dejaba también al descubierto el nacimiento de los hombros.
Ajeno a su temeraria situación, el muy necio mordisqueaba su bolígrafo con una asombrosa indolencia mientras la profesora, con una prudente media melena, seguía comentando extractos de la muerte de Lord Edgware.
Saqué mi estilográfica de acero inoxidable y observé la punta con detenimiento. ¿Sería lo suficientemente robusta como para hundirse en el cogote de mi incauto compañero? Lo juzgué probable, aunque si pretendía causarle la muerte tendría que asestarle una puñalada muy enérgica y certera.
Por supuesto, matarle resultaría mucho más efectista que malherirle, y sin duda la clase lo encontraría bastante aleccionador. Así pues, dediqué un tiempo generoso a meditar sobre cuál sería el punto de la nuca en el que podría infligir una lesión más devastadora. Mis modestos conocimientos de anatomía me llevaron a descartar la parte central al suponer que las vértebras me impedirían una penetración profunda. Atendiendo a mi posición relativa y a mi lateralidad, lo más acertado parecía desviarse un poco a la derecha. Resuelto, cerré el puño entorno a la pluma y ensayé con discreción el movimiento necesario, sin llegar a rozarle.
Fue entonces cuando advertí que un súbito escalofrío le sacudió los hombros. Me detuve de golpe, expectante. ¿Así que se había percatado al fin, de su flagrante vulnerabilidad? Efectivamente, no tardó en confirmarme mi sospecha sacando una bufanda de su mochila y enrollándosela en el cuello.
La profesora reparó en su gesto y, en vez de felicitarle por recobrar la cordura, hizo un comentario fuera de lugar acerca de una avería en la calefacción central.
Contrariado, le puse el capuchón a la estilográfica preguntándome si volvería a tener otra oportunidad de darle un uso verdaderamente provechoso.

Raúl Baras.

Plataforma de autores noveles.

1 comentario:

  1. Mi nombre es Isaac Fernández de la Villa.
    Como escritor novel, quisiera contarles mi desagradable experiencia con Librosenred, para que otros no caigan en lo mismo.

    Edité el libro Peregrinos de la Nueva Era en librosenred en el 2004, pagué la edición absoluta y profesional de entonces, más un servicio de corrección. Todo lo pagué en dos cuotas una mediante tarjeta de crédito, una de 445 $ y otra de 594 $. Ahí dejé todos mis ahorros, en algo que te lo pintan muy bonito, con promociones y anuncios con la que ellos llaman “edición absoluta o profesional”. La realidad fue otra: Poco a poco me fui decepcionando cuando veía que los meses pasaban y no se vendían libros. Me decepcioné tanto, que tuvieron que pasar 5 años para volver a escribir. Resignado al fracaso no presté atención a cómo iba la venta del libro, pero el 3 de febrero del 2010 se me ocurrió entrar a ver cómo iban las regalías y las ventas, y esta fue mi sorpresa. DESPUÉS DE 6 AÑOS DE VENTAS, LIBROSENRED, SÓLO HA CONSEGUIDO VENDER 6 EJEMPLARES DE MI LIBRO. SEIS (6), EN 6 AÑOS.
    Y AHÍ NO QUEDA LA COSA, ENCIMA, EL TOTAL DE REGALIAS DA COMO RESULTADO QUE LES DEBO 29,37 $. POR UNA CUOTA INGRAN QUE ME SIGUEN COBRANDO SIN QUE AUTORIZARA. Y ADEMÁS, LEYENDO EL LIBRO POR EL CUAL PAGUÉ 75 $ POR CORRECCIÓN, COMPROVÉ QUE ESTÁ LLENO DE ERRORES ORTOGRÁFICOS.
    ¿Qué pasó con mi dinero? Así, que como verán no puedo estar muy contento con librosenred ni confiar en las ediciones digitales, ellos no promueven tu libro, tengo la prueba que con el mío no lo hicieron: ¿Lograr vender 6 libros en 6 años es promoción?... más bien me huele a estafa, y aunque en un mundo que el dinero lo gobierna todo tras bastidores puedan justificarse, no dejará de ser una estafa ética y moral cuando pagamos más de mil dólares, por unos servicios prácticamente inútiles. Un saludo de Isaac Fernández de la Villa. Mi correo ermite73@hotmail.com.

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