viernes, 4 de junio de 2010

2012 ¿EL FIN DEL MUNDO?, ¿CUESTIÓN DE FE?



POR ISAAC FERNÁNDEZ DE LA VILLA.

Desde hace algún tiempo, los rumores sobre la posibilidad de que el 21 de diciembre del 2012 se termine el mundo se trasladaron a películas, programas, noticias, y demás. Pero creer o no en algo, ya sea en lo que pueda suceder o no, u otras cosas, aunque parezca un acto sencillo supone tremendas implicaciones en nuestras vida y estado de felicidad, pues según en aquello que creemos, así actuaremos, y en formas que no serán siempre las más acertadas y convenientes para mejorar nuestras vidas.
Nuestra propia e individual realidad, considerada así por ser individual la forma en que sentimos nuestra vida y el entorno, nos la proporciona la experiencia con nuestros sentidos y sentimientos que actúan como jueces y árbitros. Las demás realidades que no experimentamos pero elegimos creer en ellas, podrán estar basadas en las experiencias de otros o no, para apoderándonos de ellas, formar conocimientos con los que aumentar nuestras realidades. Analizando esto sabremos que la mayoría de aquello que consideramos realidad, por no aventurarme mucho en el terreno metafísico y decir; todo, está basado en simples cuestiones de fe.
¿Existe Australia?...
¿Cómo puede quien no ha ido nunca a Australia, saber con certeza que está donde dicen, que es como se aprecia en los mapas, y está llena de canguros como vemos por televisión?...
Si no hemos estado nunca en Australia, sólo podemos asumir que un lugar así existe creyendo lo que nos dicen, por fe, puesta incluso en creer que lo que vemos por televisión es Australia porque así nos lo dice una voz o unas letras que también salen por la televisión.
Sólo cuando hemos estado en Australia nuestra fe o creencia pasará a ser experiencia, y entonces poseeremos una más elevada realidad que la fe simple puesta en otras personas: Cambiamos nuestra fe o creencia, en una certeza experimentada o verdadera realidad para nosotros.
¿Creímos que la palabra fe sólo se aplicaba a cuestiones religiosas?... Miremos en el diccionario qué significa Fe:
- Dogma, conjunto de creencias sin necesidad de estar confirmadas por la experiencia o la razón, que constituyen el fondo de una religión.
- Creencia (crédito, confianza): [prestar fe a lo que otro dice], creerlo; [noticia digna de fe.]
- Seguridad, aseveración de que una cosa es cierta.

Como volvemos a comprobar, la mayor parte de nuestras vidas se sustentan por simples cuestiones de fe, ya sea puesta en los profesores que nos educaron en las escuelas, con esas enseñanzas que poco o nada nos ayudaron a resolver la mayoría de los problemas planteados por la convivencia entre personas, o puesta en lo que nos dicen noticieros, documentales, revistas, periódicos, u otras personas por la calle.
¡Ojo!, que de ningún modo digo que todo lo que nos cuentan otras personas no existe o es falso. La mayoría de las veces poco importará que sea verdad o no lo que nos dicen, porque sea de una u otra forma, esto no provocará grandes cambios en nuestro vivir cotidiano. ¿Qué cambiará en nuestras vidas que el frutero de nuestro supermercado no se llame Antonio como nos dijo la vecina?... Si no se trata de un asesino en serie con el que estamos tomando confianza, que otros nos engañen o cuenten ciertas irrealidades no tendrá mucha importancia en cuanto a la meta que todos perseguimos; que no es otra que ser felices. Así que aún no habiendo ido a Australia y sin pensamientos de ir, ¿qué importancia tendrá para nuestra felicidad que realmente esté donde nos hicieron creer, o si es como nos dijeron, cuando nuestro inmediato problema es que el sueldo no nos ajusta para llegar a fin de mes?...
Pero si consideramos que la mayor parte de nuestra vida está basada en las creencias que otros nos implantaron, para ser felices sí nos será importante plantearnos algunas preguntas como: ¿Por qué las cosas han de ser como nos lo hicieron creer, o ésta y aquella persona nos dice que son?... ¿Quién se lo dijo a ellos y por qué razón?... Cuestionarnos estas cosas sí será de importancia para nuestra felicidad, porque en tiempos de crisis económica escuchamos a políticos decir: “No hay otra solución que bajar los salarios y subir los impuestos a los trabajadores”, cuando lo que realmente dicen: “No hay otra solución para que no se enojen los empresarios y multimillonarios que nos gobiernan tras bastidores, que la de bajar los salarios y subir los impuestos a los trabajadores”… Aquí otros están trastocando nuestra forma de vivir, y con ello nuestra felicidad, además pretendiendo que creamos que no existen otras soluciones salvo la que ellos nos dicen, cuando siempre hay infinidad de soluciones cuando se trata de actuar ante tramas, situaciones, o causas provocadas por simples seres humanos. Otra cosa sería que el Sol estuviese a punto de explotar, entonces qué haremos como humanidad más que reconocer que no sabemos evitarlo y buscar cómo escondernos en Bunkers para intentar sobrevivir; bunkers que al parecer ya están construyendo algunas personas y gobiernos en previsión de lo que pueda ocurrir en el 2012, pero no se hagan ilusiones pues tienen el cupo cubierto para sus círculos de amigos. Y no crean descabellado esto, recordemos la de millones que se gastaron para el “Y2K”, el efecto del año 2000, donde supuestamente podrían detenerse los microchip y paralizarse todas las tecnologías creando un caos mundial. Yo mismo trabajaba en una fábrica donde todos los aparatos electrónicos tenían etiquetas con códigos y las siglas “Y2K”, pues estaban sujetas a investigación y análisis para ver que les pasaría.
Al final el Y2K no fue para tanto, o fue nada comparado con lo que pronosticaron como posibilidades de lo que podía suceder, sin embargo, el peligro que corremos es acabar considerando estas actitudes preventivas como algo gracioso para mofarse cuando no pase nada, porque dice el dicho: “Hombre precavido vale por dos”… Y ¿qué gracia nos hará cuando algo suceda y no tomamos ni unas mínimas precauciones al respecto?... ¿Somos como aquellos que viendo a Noé construir un Barco de madera en plena sequía se mofaron de él?...
Pues ante el 2012 no se trata de asustarnos y vivir aterrados si creermos que algo pasará, o de no creer nada al respecto para evitar siquiera pensar en ello, sino de reflexionar, para descubrir que a veces es bueno sopesar las implicaciones de nuestros actos.
Para prevenir la llegada de un tornado o tormenta, poco nos cuesta guardar algo más de alimentos y agua en nuestras despensas. Si no sucede nada tampoco pasa nada, y el esfuerzo de prevenir comparado con la posibilidad de estar días sin comida, agua, ni electricidad, es insignificante y merece la pena llevarlo a cabo. Pues como para los millonarios, ya sea gobiernos, individuos, o grupos de poder, es insignificante el gasto de construir Bunkers, ¿por qué nos parece tan descabellado que lo hagan?... No les supone más que a nosotros guardar unas cuantas latas de sardinas y botellas de agua en nuestras despensas. Pero nos educaron para manipularnos en base a nuestro orgullo, y este se vuelve contra nosotros a la hora de considerar ciertas cosas, así preferiremos reírnos de quienes toman precauciones ante lo que pueda suceder el 2012, que siquiera reflexionar si algo pudiera suceder; que no es lo mismo que creer ciegamente en lo que nos digan que puede pasar…
¿Realmente merece la pena creer ciegamente por orgullo, que hacer algo por comprender qué puede pasar y tener tiempo de prevenir en caso que sintamos la necesidad de ello?... ¿Quizá no tomamos precauciones porque a nuestro alrededor muchos no las toman y tememos que se rían de nosotros?... Entonces recordemos que aunque una mentira sea sostenida por una mayoría, nunca se convertirá en verdad salvo por la fe que en considerarla de esta forma le pongamos, pues el que estemos acorde con una mayoría, no evitará que si ella se dirige al precipicio de lo absurdo, también con ella caigamos en él; porque una mayoría puede estar totalmente equivocada, viviendo en base a falsas consideraciones que una vez dentro del grupo mayoritario, creeremos ciegamente que son rotundas realidades que nos llevarán a buen termino… ¿No creían de esa forma Hitler y sus compañeros de expansión ideológica?...: La Verdad siempre es independiente a nuestras creencias y la cantidad de personas que la apoyen.

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