miércoles, 29 de septiembre de 2010

A todos los anónimos en un 29 de septiembre.

Señor/a … digamos anónimo/a pues no me puedo dirigir a usted con otro nombre ya que se queda amparado bajo este vocablo, y que, aunque está en su pleno derecho de hacerlo, y en mi opinión contestar anónimos es como no hablar con nadie, pero en una ocasión como esta romperé mi norma y como excepción, le contestare.

Por comenzar le diré que respeto su parecer aunque para nado lo comparto, según entiendo, usted ha debido de padecer algún tipo de frustración personal de cierta envergadura con los sindicatos y supongo que por eso arremete con tanto ahínco sobre ellos, pero no espere que yo haga de juez y verdugo porque hay quien no sabe ver más allá de sus ojos. Si es verdad que en líneas generales los sindicatos son los convocantes de la huelga en un 90 por ciento en cuanto a que tienen presencia en casi todos los centros de trabajo, pero no nos equivoquemos, o mejor dicho, no se equivoque usted, una cosa es ser convocante y otra muy distinta es el porqué y contra quien nos encaramos, el asunto es muy sencillo, no es bueno para nadie la rebaja de derechos sean del tipo que sean y aun más si son fundamentales y lo que no quiera para usted, no lo quiera para sus hijos, hermanos, amigos, conocidos, familiares … en fin lo dejamos aquí, la lista sería interminable. Aquí hemos venido a decir basta a una patraña de reforma laboral que de baja es que se hunde bajo nuestros pies y a nosotros con ella, aquí no estamos contra los sindicatos, ni tan siquiera contra las presiones sociales, aquí no estamos contra nadie en particular, ni tan siquiera contra un gobierno de izquierdas al que le está tocando hacer el trabajo sucio en tiempos de una crisis sin precedentes que comenzó con el caso Madoc en estados Unidos con la venta de acciones contaminadas, aunque también es verdad que si las arcas estatales están quedándose vacías tampoco es plan de romper la última frontera que queda entre la patronal y el obrero, no, eso nunca, se puede hacer mucho mejor. Si cada uno de los agentes sociales sabe ocupar su lugar según se dé el caso, sea en la mesa de negociaciones en los convenios colectivos, en la calle, en la Moncloa, en los centros de trabajo, en los despachos … todo sería más fácil, pero romper la última frontera y aceptar tales rebajas de unos derechos que nos amparan mejor o peor, es un suicidio colectivo para las clases más desfavorecidas. Sobre mi mensaje lo deje muy claro, aunque tengo ciertas dudas de que usted, señor anónimo lo leyera entero, a fragmentos tal vez, o más bien de forma subliminar se le quedo grabado a fuego y sangre la palabra “sindicatos” cuando precisamente es de lo que menos se ha hablado en el escrito, incluso escogí un tipo de carta que nos habla desde un punto neutral en este sentido.

Tráigame argumentos contundentes, convénzame con ejemplos y realidades, desmónteme el chiringuito de verano que me he montado, arremeta con criterio contra los 16 puntos fundamentales, demuéstreme que la historia miente, dígame en que país nos encontramos cuando de sobras se sabía que una vez pasada la fiebre del bum inmobiliario era previsible que el paro fuera en aumento a marchas forzadas. El ladrillo es ladrillo, igual que el turismo es turismo, hay que innovar, hemos de tener un mercado de trabajo más cualificado en cuanto a empresas y a operarios, hemos de invertir en investigación, en IMD, podemos …. Hacer mucho más.

Puedo entender que la necesidad es necesidad como el miedo es miedo, ciertamente esto son motivos, estén o no estén justificados, podrán ser validos o no, pero aun tendría alguna razón para entenderle, y que conste que lo he intentado, que le vamos a hacer, ya lo dice el refrán, donde no hay no busques.

No vamos a negar que hay que hacer restructuraciones sociales, y entre ellas, ajustes en materia de leyes laborales, pero no de tal calibre y con tales aberraciones, esto no se lo cree nadie; aun quedan en nuestros países personas muy cualificadas y con muy buenas ideas que precisamente no son antisociales, todo lo contrario, son precursoras de empelo y generan riqueza sin tener que sesgar derechos. Pero como todo tiene un principio, es necesario que se les dé la oportunidad de demostrar su valía.

Sepa usted que acepto de buen grado sus pataletas, sus excusas y ese “Por cojones” que más bien parece una chulería tal como está expresado, aunque prefiero pensar --otorgándole el derecho de la duda— que lo dice en un sentido literal como expresando: No me queda otra opción porque esto no tiene solución, y puestos a perder, no quiero perder también el salario, puestos a perder la dignidad, los euros alimentan mi estomago por unos días, mi dignidad para que la quiero si no la puedo usar.

Sepa usted que acepto de buen grado sus equivocados lloriqueos aunque no los comparto.

Considérese en su casa, y ciertamente he de reconocer que ha sido bastante educado en sus formas, se lo agradezco.

Para lo que necesite Señor/a anónimo/a ya sabe donde encontrarme, aquí le espero.

Posdata.

A 29 de septiembre de 2010 a las tres de la madrugada en la hora de hacer el relevo. Hoy tan solo quiero ver las caras de quienes dicen ser mis compañeros a los que por supuesto respeto, pero con los que no he de compartir desde hoy la misma palabra, trabajamos juntos bajo el mismo techo, eso sí, a vosotros en la base de cotización de la seguridad social os cotizaran un 29 de septiembre de 2010 por lo cual los sueldos de jubilación serán superiores, eso no, desde el mismo 30 de septiembre dejamos de ser compañeros, seremos desconocidos que se cruzan poco más que un saludo pero que nada más comparten ¿merece la pena?

Atentamente.
Iñaki Rd.

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