martes, 19 de octubre de 2010

Entre instantáneas hoy palabras.

Perdidos entre algunos de los pasajes de la historia.

Hoy nos adentramos en la época griega sobre territorio turco, nos vamos derechos a la ciudad de Kusadasi hasta su enclave histórico en Efeso.

Ahora son palabras.

Espero y deseo que ahora sean tus pies los que algún día se posen juntos sobre el punto justo donde convergen los caminos entre la biblioteca de Celso y el gran teatro, será tu pulso quien acelere las emociones y se te escape del pecho la dicha porque ya no te cogen por dentro las intenciones de querer compartir y repartir con tus brazos los entrañables abrazos a manos llenas, e implícitos con ellos te desbordaras entera de amor hacia todos porque así lo deseas.

Y llena de gozo habrás de respirar un instante insólito, el reencuentro con otro fragmento de una de las cunas de nuestros orígenes, incluso cabe la remota posibilidad de que uno de tus antepasados fuese alguno de los espectadores de entre aquellos 24000 que sentados a la falda de un escenario acudían a disfrutar de una modesta danza.
Son ellos quienes forjaron una decima de nuestro futuro sobre los incunables pergaminos adscritos a un solo propósito --acoged el testigo que os entregamos y preservad la libertad entre los pueblos de una forma justa y honesta como el único baluarte que merece la pena salvaguardar.

Son los griegos quienes nos reglaron una brizna de lo que somos hoy, es por convicción cuando afirmo y ratifico un pensamiento. A mi ya no me quedan dudas de que a su lado te sentirás como en tu refugio.

A veces sueño despierto cuando mis pies se hunden bajo el peso de la historia de fuera de los libros, son los restos de vestigios como una realidad latente y presente frente a mi esturreada sobre una circunferencia que me golpea la percepción de todos los sentidos hasta el instante preciso, es entonces cuando siempre me sonrío y se me escapa la ilusión de unos labios hacia la búsqueda y captura de una quimera, es aquí cuando se me acerca el aborigen del instinto y el anhelo de otra utopía a la que me apreto bien acurrucado en posición fetal para que en su huida discurra lento el adiós hasta que solo quedan los sabrosos recuerdos como el de ahora a donde siempre se me vuelca en la memoria la misma frase como si fuese una amante que nunca te abandona, te acompaña imperturbable y estática hasta que nos volvemos a escapar por el mundo, pero continua se repite la escena y nos volvemos a amar en un mismo mar de palabras oblicuas a sabor jazmín.

Se alza una ilusión desde mi garganta hasta tu sonrisa. Sea pues que en épocas venideras este día le habrá de llegar a nuestra civilización, tal vez será dentro de diez siglos cuando otros entren a las bibliotecas y los teatros, pero aunque no alcanzo a vislumbrar con cuanto orgullo nos palpitarían los corazones contra los pechos si nuestros primogénitos hallasen un puñado de manuscritos como los consiguientes pergaminos, si me honra pensar en estas horas lo hermoso que sería obsequiar con igual propósito en forma y contenido como atuendo del buen aspecto de salud que tendría el arca de la nueva herencia.
No se me ocurre mejor observatorio donde esperar, aun con mis huesos indeformes adheridos por debajo del subsuelo, quisiera ser capaz de expirar en un último aliento el final de una visión que se crece en cada invierno que mengua mi carne.

Entre vestigios ser cenizas arriba en los altares, polvo en los límites de todos los cruces de caminos sujetado al hilo de los vientos de mareas provenientes desde un mediterráneo hasta estar bien adentrado en la costa del mar egeo. No anhelo ningún otro funeral, siempre libre sobre las olas en su ir y venir hasta toda la eternidad.

Iñaki Rd.

Introducción.
Paisajes y vestigios históricos de la costa turca del Egeo

En tiempos de los griegos, la costa que se extiende a lo largo del mar Egeo —y a la que llegaron hacia el año 1000 a.C.— era conocida como Jonia, actualmente dominio turco. Esta franja de territorio, bañada por aguas traslúcidas, está sembrada de ruinas de la antigüedad, en un paisaje en el que los pinos alcanzan el mar y donde las gentes siempre son amables y hospitalarias. Éfeso fue uno de los enclaves más importantes del Mediterráneo oriental, hasta que en el siglo VI su puerto y la ciudad cayeron en el más absoluto abandono. Entre las ruinas que se pueden contemplar destaca la Biblioteca de Celso, que contaba con 14.000 pergaminos, y el gran teatro, con capacidad para 24.000 espectadores. Desde Kusadasi, en el sur de Éfeso, parten cruceros que llevan a la isla griega de Samos, patria del famoso matemático Pitágoras, que nació en la isla en el año 580 a.C. Más al sur se encuentran las antiguas ciudades griegas Priene, Mileto y Dídima. Mileto fue también una de las colonias griegas más importantes —además de cuna de la filosofía— y alberga una de las joyas del arte seylúcida, la mezquita de Ilyas Bey, construida a principios del siglo XV. En la ciudad de Dídima se encuentra una de las maravillas de Turquía, el templo de Apolo (siglo VII a.C.), en el que una imponente cabeza de Medusa daba la bienvenida al visitante que se dirigía al oráculo. Otra parada recomendable es la antigua ciudad de Halicarnaso —actualmente la bulliciosa Bodrum—, en la que destaca el imponente mausoleo (355 a.C.), que fue considerado una de las Siete Maravillas de la Antigüedad pero del que apenas quedan restos.

Fuente de donde se ha recogido la información “Paisajes y vestigios históricos de la costa turca del Egeo”

A Bodrum desde luego que también me llego en algún amanecer de cualquier día de estos.

Adelante. Pasa y acomódate.

Sala de fotografía de MS sobre los siguientes cinco entradas en sin palabras.

Ahora son instantáneas.

Una pequeña concesión. Al clicar una vez sobre las imágenes será otra la percepción de los matices, pero si aun no te has cansado de ver tanta piedra tirada --como en una ocasión me comento un buen hombre al que le tengo bastante aprecio porque fue allí donde le conocí, digamos que califico el inicio de su visita a este recinto como prescindible, aunque según avanzábamos menguaban sus palabras y aumentaba su admiración hacia este enclave histórico-- Es decir y para volver al hilo de lo que aquí se habla, si vuelves a clicar por segunda vez sobre las imágenes reaparecen los detalles que se quedan ocultos, aunque no voy a caer en la exageración de decir que es como si estuvieras allí, eso es harina de otro costado, pero es lo más cerca que os podemos dejar en este viaje virtual.

MS.

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