jueves, 27 de enero de 2011

Siempre espero a cuando vuelve Selene.

Son estos encuentros con los adolescentes aspirantes a aprendices a autores otro de los motivos que me alientan a seguir indagando en este cosmos de la palabra, pero no será que vendré hoy a juzgar aquí sus escritos, no me creo con ese derecho.

Solo anhelo dejar como un ejemplo de aliento a todas aquellas fantasías que se nos marchitaron en los años junto al tiempo, es entonces cuando siempre me espero a que vuelva Selene a regresarnos de nuevo hasta ellas desde su refugio en esa fortaleza vital que la encierra cuando se derrama en este santuario que emana quimeras Selenas, también nos ha de devolver a las epopeyas, aun más a los juegos y no cabe la menor duda de que en primera instancia los reyes son los sueños que de una sola vez nos avocaron hasta un volumen de impulsos que irremediablemente necesitaban ser mudados a los espacios en blanco para ser rescatados de la imaginación.

A una adolescente aspirante a aprendiz a autora se le ha cumplido su primer sueño. A mí se me ha concedido volver a instaurar en el presente desde el pasado este ir a residir con Selene a revivir y a evocar nuevamente a la patria donde se forjaron mis primeros versos sobre aquellos paisajes tan lejanos de la inocencia hasta llegar a Selena.

Todos tenemos derecho a ocupar el cuerpo de un primer deseo en nuestro próximo despertar, el mío será haber vivido intensamente, el de Selene mostrar sus escritos al mundo ¿Cuál es el vuestro?


Nota lineal subliminal escondida como un regalo con el que no me quiero quedar solo para mi.

No hay que confundir a Selene como nombre propio que alude a una única persona que a demás casualmente es real y es quien nos traslada a nuestra otra galaxia interior, Selene no se ha de confundir con la definición de Selena cuando resulta una invención que da nombre a un estado emocional del ser humano en una etapa concreta de la vida, algo así como un simbolismo que delimita a los distintos espacios comprendidos entre las edades que separan a la infancia hasta llegar al final de la adolescencia. Selenas designa ese recorrido intenso y tan necesario en un aprendizaje instintivo entre los sentimientos y las emociones que nos preparan el camino hacia la madurez.

Cuidemos siempre de ellas dos porque son los hijos quienes heredaran esa otra galaxia interior que nos alumbra como un reflejo de lo que fuimos, ahora somos el espejo en el que nuestros descendientes se miran y en consecuencia aprenden, crecen y vuelven a ser ejemplo e imagen que se proyecta en ese círculo de vida que nunca cesa.

Estáis invitados a una ilusión.

Iñaki Rd.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por tan bonita Reseña.

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  2. Hola, Selene.
    Gracias a ti por hospedarte en esta humilde casa.
    Iñaki.

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¡Un Homenaje a la Poesía!