Cuando ya todo está reunido y ordenado solo me queda mencionar la virtud sobre la que me ha gustado reposar en este tiempo que se me ha concedido.
Me quedo feliz en paz en la sencilla placidez al haber podido hallar en la humildad mi hogar, una esposa y dos hijos que no merezco.
Ahora seguiré caminando en compañía de mi otra novia a la que espero seducir, a la que deseo esposarme el mismo día que ella se devuelva en mí en un primer libro manco y parco pero tremendamente intenso.
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